viernes, 7 de diciembre de 2007

Juventud Socialista Comunal Valdivia invita a la Conmemoración de los 100 años de la matanza en la Escuela Santa maria de Iquique.





" ...Su valor radica en el modo como en ella se han logrado sintetizar, la inspiración y el talento del autor, con los sentimientos y valores de la época en que fue escrita. Ella fue compuesta entre el mes de noviembre de 1969 y marzo de 1970 para ser interpretada por el conjunto Quilapayún.

Para llevar a cabo esta composición, el autor tuvo como base algunos trozos de obras anteriores, escritas como música para teatro (obras de Jaime Silva y de Isidora Aguirre), así como un conjunto de poemas escritos a comienzos de 1968, como resultado de un largo viaje por Iquique (norte de Chile) y sus alrededores. El capítulo especial dedicado a la matanza de la Escuela de Santa María del libro regional titulado "Reseña histórica de Tarapacá", de Carlos Alfaro Calderón y Miguel Bustos publicado en Iquique el año 1935, sirvió como única ayuda informativa para la confección del texto. El tema recuerda la matanza de mineros que tuvo lugar en 1907, en la Escuela Santa María de Iquique, hecho que a pesar de ser ignorado por la historia oficial, quedó grabado en la memoria de las gentes del norte

Esta Cantata Santa María marca el resultado más logrado en un género de obras, anteriores y posteriores a esta, que se ha denominado en Chile y en América Latina, "cantata", precisamente por el modelo que ha establecido esta obra. La idea central es la de unir ritmos folklóricos nacionales con una música de mayor elaboración, dando lugar a un género intermedio entre lo popular y lo culto. Ella conserva además el carácter dramático de la escencia de la cantata clásica, aunque en este caso la acción que se musicaliza está relatada y no cantada(recitativo). Eso permite un mayor realismo en el relato y una mayor atención prestada al carácter dramático de la música. Este género abrió un horizonte insospechado al desarrollo de la música popular en Chile y en el continente, pero además, permitió establecer un nuevo puente entre los músicos doctos y los músicos populares, sentando así las bases de una nueva música que, sin dejar de ser popular en el sentido de la amplia difusión, no renuncia a propósitos artísticos más ambiciosos.
Esta conserva las arias y coros cantados, los trozos instrumentales de la cantata clásica. La orquestación está escrita para instrumentos folklóricos, agregando a ellos un violoncello y un contrabajo, y conservando la alternancia entre coros y solistas. La obra, de gran factura expresiva, utiliza en forma original la armonía clásica romántica, creando efectos climáticos de gran impacto emocional. Introduce además eficaces contrapuntos, logrando un sentido de unidad composicional rara vez logrado en obras de este tipo.
La obra se estrenó en julio de 1970, en el Teatro La Reforma de Santiago de Chile, y fue posteriormente presentada en el segundo Festival de la Nueva Canción Chilena, que tuvo lugar en agosto del mismo año, en el Estadio Chile de Santiago (actual Estadio Víctor Jara). En su estreno fueron intérpretes el conjunto Quilapayún y el actor Héctor Duvauchelle, quién también participó en la primera grabación de la obra, realizada pocos meses después..."